Mediante modernas pulidoras, se raspa toda la banda preexistente hasta dejar una superficie uniforme y con la textura adecuada para la colocación de la nueva banda de rodadura.
Con este proceso quedarán visibles roturas que se irán trabajando una a una con herramientas de escareo para así dejar al neumático libre de cualquier componente externo que lo haya dañado.